lunes, 14 de noviembre de 2011

Los Sufrimientos de Cristo

¡Crucifícale!

rey-de-los-judc3adosMuchos de nosotros hemos sido conmovidos las veces que hemos podido apreciar por la televisión escenas tan duras acerca de la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, sintiéndonos quizás impotentes al no haber podido hacer nada y eso a más de uno arrancó una lágrima. Yes que resulta bastante difícil, entender la necedad de gente que, enceguecida por sus tradiciones religiosas no pudieron ver en Jesús al Salvador que por mucho tiempo hablan estado esperando, No sólo lo rechazaron sino que lo sometieron a los más duros castigos y lo condenaron a le pena más cruel y humillante de aquella época, le crucifixión.
Hasta el momento, Jesús habla estado predicando el evangelio, sanando enfermos limpiando leprosos, resucitando muertas alimentando multitudes, bendiciendo a los niños, haciendo prodigios y maravillas.
Y el fin de una vida que sólo trajo bendición fue esta: de pie, junto a un delincuente (Barrabas) y frente a una enfurecida multitud que en ese momento, habiéndose olvidado de todas las obras de Jesús, solo atinaban a gritar ¡crucifícale, crucifícale!
Ante tan absurda reacción del pueblo, Pilato les dijo:
“Pues que mal ha hecho este hombre”
“Ningún delito hallo en él” (Juan 18:38).
Pero todos instaban a grandes voces pidiéndole que sea crucificado. El Señor ya lo habla dicho.
“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron mis las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3: 19),
Todo esto estaba profetizado, pero el pueblo que condenó a Cristo, con el pasar de los años, tuvo que pagar las consecuencias de su pecado.
Sabes amigo, Jesús murió en aquella oportunidad, pero resucitó al tercer día y hoy sigue hablando a multitudes a través de su Palabra escrita en la Biblia y sigue sanando enfermos, cambiando vidas, restaurando hogares. Pero también sigue siendo rechazado por multitudes que amando más el pecado y la vida fácil, el adulterio, ‘las borracheras, la violencia, niegan al Señor si bien no con sus labios, pero si con sus malas obras, rechazando el evangelio y a quienes lo predican.
La pregunta que Poncio Pilato le formuló al pueblo aquella vez, es para ti ahora:
¿Qué pues haré de Jesús llamado el Cristo? (Mateo 27:22),
¿Qué harás de Jesucristo? ¿Le rechazarás en tu vida crucificándole nuevamente, o le recibirás como tu Señor y Salvador personal? Jesús te invita.
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3: 20),
Abrele la puerta de tu corazón y luego de tu hogar, El salvara y cambiará tu vida y la d, tu familia, sólo desea hacerte bien y bendecirte todos los días de tu existir, para luego darte la vida eterna en su mansión celestial. No desaproveches esta oportunidad. Dios te bendiga.

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