martes, 13 de diciembre de 2011

Mi Compromiso es Su Voluntad

Mi Compromiso es Su Voluntad

Mi Compromiso es Su Voluntad
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10 de Diciembre del 2011
Rev. Jorge Álvarez
Tenemos que definirnos con quién nos hemos comprometido, y si realmente estamos comprometidos con la voluntad de Dios.
“Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”(Juan 5:17). “Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que Él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis”(Juan 5:19-20).
Un compromiso es un convenio entre dos personas o más. Puede ser una obligación contraída, puede ser una palabra dada, o una palabra inaudible (que no se puede oír). Tenemos que definirnos con quién nos hemos comprometido, y si realmente estamos comprometidos con la voluntad de Dios. Un compromiso definido se enfoca en metas específicas, y si hay disposición enfrentaremos toda dificultad que se presente, manteniéndonos firmes en este compromiso.
No es solamente conocerla, sino que hay que hacer un compromiso con la voluntad de Dios. Cuando estamos en un compromiso con la voluntad de Dios, nos sentimos agradecidos, nos sentimos complacidos, satisfechos y hasta realizados, y nuestra ofrenda es agradable a Dios. El compromiso es una entrega total, es un desprendimiento de todo nuestro ser poniéndolo a los pies y al servicio de nuestro Dios.
A través del compromiso alcanzamos experiencia, nos desarrollamos, somos perfeccionados en el Señor. Por nuestra naturaleza queremos que la actividad sea regulada por la condiciones de nuestra propia vida, y que Dios esté sometido a nosotros. Para conocer la voluntad de Dios es necesario conocer lo que Él está haciendo, entonces veremos lo que se debe hacer. Si no conocemos lo que Dios está haciendo estaremos desubicados, desorientados, y no veremos lo que Él quiere hacer o lo que deberíamos hacer.
“Y JESÚS LES RESPONDIÓ: MI PADRE HASTA AHORA TRABAJA, Y YO TRABAJO”, Juan 5:17.
La Biblia revela que Dios trabaja, Él siempre está en acción. El que está en el Movimiento Misionero Mundial no está trancado, sus pies se mueven, sus manos se ejercitan. Esto es Movimiento, esto es trabajo, es acción, hay que moverse. Cristo tiene un compromiso: si mi Padre trabaja, yo tengo que trabajar; tenemos aquí el ejemplo más grande de trabajo.Esto es un compromiso delante de Dios por eso tenemos que conectarnos, tenemos que activarnos.
El Señor le dijo a esta Obra:“Será un movimiento para los postreros días”.Si somos Movimiento tenemos que avanzar en el Señor, aquí hay una rueda que está corriendo y el que se salga de la rueda se va a quedar atrás. Esta Obra se ha desarrollado porque ha habido movimiento, si no se hubieran movido, no se hubieran abierto las puertas. El Señor necesita trabajadores, necesita gente aguerrida, gente voluntaria que entre en la voluntad del Señor.
Escuché el testimonio de una hermana que desde Puerto Rico se había conectado con los Estados Unidos para llevar Biblias a la República Popular de China, una nación comunista. Para esto se movilizaron con varias cajas para llegar donde una familia, todo esto era muy riesgoso. Esas Biblias llegaron a esa familia, había entonces que trabajar. Esa familia emprendió la labor y con la ayuda de sus dos jóvenes hijos llevarían el cargamento para repartirlas por todo lugar. Les podía costar la vida a los jóvenes, pero estaban tan firmes, porque estaban comprometidos con la voluntad de Dios. La madre y el padre les dijeron:“Hijos, vamos a orar intensamente por ustedes y si mueren nosotros seguiremos, y luego encontraremos gente que nos ayude”. Se necesita gente comprometida en la voluntad de Dios.
“JESÚS DIJO:DE CIERTO, DE CIERTO OS DIGO: NO PUEDE EL HIJO HACER NADA POR SÍ MISMO…”, Juan 5:19.
Tenemos personajes en la Biblia que se ubicaron en el compromiso con Dios para poder  realizar la obra. Jesús dijo: Yo no hago nada por voluntad propia, no hago lo que se me antoje o lo que me guste.
La Biblia nos habla de un joven llamado José, no hizo nada por voluntad propia, era un joven temeroso de Dios, amaba a Dios sobre todas las cosas. José entendía que era un compromiso con la voluntad de Dios, y tenía que entrar en la acción del Señor. Sus hermanos le aborrecían, y por eso lo tiraron en una cisterna, quisieron matarlo, pero luego lo vendieron como esclavo.
Cuando José fue a dar a la casa de Potifar, allí trataron de atentar contra él, pero cuando se tiene un compromiso con la voluntad con Dios no cedemos a la tentación. Le quitaron el manto y se quedó desnudo, pero siguió corriendo y dijo:¡Yo tengo un compromiso con Dios! Lo llevaron a la cárcel, estaba preso. Pero llegará la hora de ser usado y ser instrumento en las manos de Dios. Amado no te apresures, espera en Él, Dios está moldeando tu carácter, está moldeando tu vida´;hay que esperar todavía y no pienses que eres improductivo.
José empezó a los 17 años y tuvo que esperar para salvar a la gente de una severa hambruna. Llegó el momento de la revelación (Dios le hizo entender a José que venía una escasez) y llegó el momento de Dios en su vida para trabajar. José era un joven comprometido, necesitamos que se comprometan con la voluntad de Dios, Él se les va a revelar y serán usados para salvación, serán instrumentos en las manos de Dios, va a llegar ese momento.
Tenemos también a Ester que no actuaba por voluntad propia. Dios hizo que la joven Ester llegara al palacio real porque quería salvar a Su pueblo de una masacre, que era a gran escala. El edicto estaba firmado, todo apuntaba contra el pueblo de Dios.Aquel malvado Amán estaba haciendo bien su maquiavélico trabajo, pero él no sabía que había un Dios todopoderoso que intercepta los planes y propósitos del diablo.
Ester, no sabía para qué había llegado a palacio, había llegado no por casualidad, sino por la voluntad de Dios, conforme a los propósitos de Dios. Mardoqueo (su tío) le manifestó a Ester que se había firmado un edicto para matar a todos los judíos, y le dijo: “¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?” (Ester 4:14b).
“Aconteció que al tercer día se vistió Ester su vestido real, y entró en el patio interior de la casa del rey, enfrente del aposento del rey; y estaba el rey sentado en su trono en el aposento real, enfrente de la puerta del aposento. Y cuando vio a la reina Ester que estaba en el patio, ella obtuvo gracia ante sus ojos; y el rey extendió a Ester el cetro de oro que tenía en la mano. Entonces vino Ester y tocó la punta del cetro. Dijo el rey: ¿Qué tienes, reina Ester, y cuál es tu petición? Hasta la mitad del reino se te dará”(Ester 5:1-3).
Antes de entrar a una corte real para hablar con el rey hay que seguir ciertos pasos:
1.-Para presentarse al rey hay que estar vestidos adecuadamente, esto era un requisito. La Palabra pide que nosotros tengamos una vestimenta, que sea con toda honestidad, con toda limpieza, y que no estemos provocando y que se demuestre lo que hay por dentro, porque cuando hay compromiso tenemos que cambiar hasta la ropa, tenemos que cambiar todo.
2.-Había una forma correcta de saludar a los monarcas. Tenía que rendirse una pleitesía, tenía que inclinarse, tenía que postrarse. Les enseñaban cómo tenían que doblarse, y nosotros tenemos que aprender a humillarnos delante de nuestro Rey. Era conveniente que ella pudiera expresar las palabras adecuadas, y tenía que hacerlo como una petición.
3.-Ester fue enseñada en todas las etiquetas de la corte.Había un orden que ella aprendió. Hay que tener respeto, cortesía y reverencia ante el Rey Todopoderoso. Cuando la reina Ester entró al patio interior el rey la vio, y la recibió. Ella obtuvo gracia ante los ojos del rey. Sabemos que el rey estaba con su cetro y si en el caso de que vinieran gritando, pataleando y diciendo lo que querían, entonces si el rey quería extendía el cetro de oro dando la aprobación; pero si el rey no extendía el cetro no había aprobación. Pero aquí él extendió el cetro y luego le “dijo el rey: ¿Qué tienes, reina Ester, y cuál es tu petición? Hasta la mitad del reino se te dará” ¡pide, pide!¡Iglesia debes saber que el cetro está extendido!
Aquí encontramos que ni Ester, ni muchos hombres de Dios hicieron nada por su propia voluntad. Necesitamos obreros que se sujeten, que se sometan; porque en la voluntad de Dios hay sujeción, hay sometimiento.
“NO PUEDE EL HIJO HACER NADA POR SÍ MISMO, SINO LO QUE VE HACER AL PADRE; PORQUE TODO LO QUE EL PADRE HACE, TAMBIÉN LO HACE EL HIJO IGUALMENTE”, Juan 5:19.
Lo que observa al Padre, también el Hijo lo hace para entrar en esa voluntad. Hay que detenerse a observar, hay que abrir ese sentido espiritual. No podemos estar con los ojos cerrados, los siervos tienen que estar en disposición de hacer Su voluntad. El siervo no le puede decir al amo qué clase de trabajo tiene que hacer, aquí el Señor no quiere escuchar del siervo qué es lo que quiere hacer.Haz lo que te dice el Señor, el siervo está para obedecer, está para cumplir, su compromiso es con la voluntad de Dios.
Hay que esperar las instrucciones del Señor. El tiempo de espera nos da crecimiento, nos desarrolla, nos capacita, moldea nuestro carácter. Tenemos que aprender a esperar el momento de Dios y no tratar de ir a la carrera, porque cuando todo lo llevamos siempre a la carrera no podemos ver las cosas que Dios quiere hacer en nuestra vida. Tenemos que observar qué está haciendo el Padre, para luego hacerlo.
Ahora todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Tenemos que poner la vista en Él, la vista en Su Palabra, tenemos que desarrollarnos en las Escrituras, en la lectura de la Biblia, tenemos que buscar crecer. No emprendamos a hacer algo fuera de lo que Él quiere, lo que Él está haciendo eso hagamos.
Moisés envió doce espías para reconocer Canaán. Se les había dicho “a la tierra que yo les doy” (Josué 1:2b), fíjese que no se les está diciendo que van a ir a una tierra para ver si es buena, sino “a la tierra que yo les doy”, allí hay una promesa. Estos eran los siervos escogidos, los doce iban a explorar y tenían que regresar con un informe. Los doce vieron lo mismo, sin embargo, vemos que diez vinieron con un informe distinto al que tenían los otros dos, Josué y Caleb. Qué diferente es cuando la persona que no tiene compromiso con la voluntad de Dios, no ve la grandeza, no ve el poder, lo que ve es la grandeza humana, le temen a las cosas que le rodean y se siente débil, se siente flojo.
Diez de ellos dijeron:¡No podemos subir contra el pueblo porque es más fuerte que nosotros y sus habitantes son gigantes, y nosotros somos débiles!Qué triste cuando nos desviamos del compromiso con la voluntad de Dios, y no vemos la fuerza de Dios y sólo vemos la fuerza humana, la debilidad humana. No estaban viendo al que los había enviado. El diablo no podrá contra la iglesia fuerte del Señor, el diablo no podrá contra aquellos que están comprometidos  con la voluntad de Dios.
“PORQUE EL PADRE AMA AL HIJO”, Juan 5:20.
“Dios es amor”(1 Juan 4:16), Dios ama y lo hace en forma perfecta y no fingida. Él nunca actuará en contra de su naturaleza. “Jesús le dijo:Yo soy el camino, y la verdad, y la vida…” (Juan 14:6). En Lucas 9:23, leemos: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo…”,esto es quebrantar su voluntad; luego dice“tome su cruz cada día, y sígame”, y esto no es llevar una cruz cargada, porque si hubiera sido así, ese mensaje de Cristo hubiera fracasado. El tomar la cruz significa la muerte, significa sacrificio, significa entrega total, significa no renunciar al compromiso. Cristo llegó hasta el final en su compromiso, porque quería salvar a un pueblo derramando su sangre en la cruz del calvario.
“PORQUE EL PADRE AMA AL HIJO, Y LE MUESTRA TODAS LAS COSAS QUE ÉL HACE”, Juan 5:20.
La revelación de Dios nos muestra lo que Él está haciendo. Por eso venimos buscando de Dios, porque esta obra se mueve en dirección a la revelación de Dios y Él va abriendo y vamos caminando hacia delante y no hay nada que nos detenga, porque Dios conoce los límites exactos de nuestro compromiso con Su voluntad. “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”(Salmo 46:1).
“Él(Pedro) le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte”(Lucas 22:33). Pedro creía que sabía más que el Señor, porque no vemos en su vida un compromiso real, la vida de Pedro estaba controlada por sí mismo. La Psicología dice que la confianza en sí mismo es el resultado del yo. Hay mucha tendencia a confiar en sí mismo, salirnos de la voluntad de Dios y no entrar en compromiso.
“A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido”(Lucas 18:9-14).
Cuando vemos la oración del publicano y del fariseo notamos que la del publicano es humilde, sincera y evidenciaba su arrepentimiento; pero la oración del fariseo tenía excesivo uso del yo y no era sincero. Necesitamos gente sincera, que salga del yo, que no sea para demostrar, para aparentar, por eso hay que entrar en el lente de Dios y ver lo que Él tiene y quiere, esto es ver lo que Él nos está mostrando.
“Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos? Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo”(2 Reyes 6:15-17).
Giezi no podía ver la grandeza y el poder de Dios, porque veía con sus ojos naturales. Eliseo oró a Dios para que su criado pudiera ver el ejército de Jehová, y dejó de ver lo natural, y empezó a ver la grandeza de Dios. Lo que Dios tiene es grande, lo que Dios tiene es poderoso.
Pedro tenía muchos defectos, era impetuoso, era vanidoso, era confiado en sí mismo, parecía que estabadescalificado, que ya no podía funcionar en la obra. Pero Jesús vio en Pedro un material precioso para que extrajera y para que entrara en el compromiso con Dios.
El Señor quiere moldear nuestra vida. El famoso artista plástico Miguel Ángel tomó y vio una piedra, muy grande y sin forma, pero al tomar el cincel la transformó y moldeó en la famosa estatua de Moisés. Dios quiere tomar el cincel y en medio de las asperezas que hay en nuestras vidas: de resistencia, de doble personalidad, que no podemos definirnos, que estamos confiando en nosotros mismos, Él nos dará una forma especial.
En cierta ocasión Jesús “preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos”, (Mateo 16:13-17). Pedro tuvo una revelación de Dios. No nos creamos porque haya manifestaciones espirituales ya sean de lenguas o de fuego, porque a veces ni hemos entrado en un compromiso con el Señor y con su voluntad.
En otro momento trata de bloquear al Señor. “Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd. Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor” (Mateo 17:3-6).
Refiriéndose al mismo caso, la Biblia nos dice: “Y sucedió que apartándose ellos de él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía” (Lucas 9:33). Pedro no sabía lo que decía, era el hombre de la revelación, era el hombre espiritual. A veces estamos hablando sin saber lo que estamos diciendo. Pedro quería dictar su voluntad, lo que quería era quedarse ahí en ese monte y olvidarse de todo. Pedro quería encerrar la voluntad de Dios, y olvidarse de todos los compromisos que tenía.Pedro tenía este problema: la confianza en sí mismo.
El joven rico no pudo seguir al Señor, “entonces respondiendo Pedro, le dijo (a Jesús): He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? (Mateo 19:27). Estaba pensando que el compromiso con Dios está condicionado. Eso no es lo importante, aquí no es estar buscando recompensa alguna, hay que estar dispuesto a darlo todo, a estar dispuesto a ofrendarlo todo.
“Y MAYORES COSAS QUE ESTAS LE MOSTRARÁ, DE MODO QUE VOSOTROS OS MARAVILLARÉIS”, Juan 5:20.
Hasta aquí hemos visto al Movimiento Misionero Mundial desarrollarse, hasta aquí hemos visto a Dios capacitando, preparando, y esta Obra se sostiene, porque hubo un hombre que tomó el compromiso que ahora está ante la presencia de Dios, él fundador de esta Obra, que Dios le dijo: ¡Levantarás una Obra que será para mi gloria y será para mi honra y será para los postreros días!El Rev. Luis M. Ortiz partió con el Señor y nos ha dejado un legado, ahora aquí está la oficialidad internacional, aquí está la oficialidad nacional, aquí están los supervisores, aquí están los presbíteros y los pastores que hemos entrado en un compromiso con Dios, un compromiso de Su voluntad.
HA LLEGADO LA HORA DE ENTRAR EN LA VOLUNTAD DE DIOS, Y ÉL VA A TOMAR EL CONTROL DE LA MENTE, EL CONTROL DEL CORAZÓN, EL CONTROL DE LA VOLUNTAD PROPIA Y LA VA A CONSUMIR Y NOS VAMOS A PODER DESARROLLAR EN LA VOLUNTAD DE NUESTRO DIOS.

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