lunes, 5 de diciembre de 2011

Dónde están los que defienden la Obra de Dios

Dónde están los que defienden la Obra de Dios

Dónde están los que defienden la Obra de Dios
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02 de Diciembre del 2011

Rev. Álvaro Garavito
“Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño”,Hechos 20:29.

“Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno”, Hechos 20:28-31.

La Palabra de Dios nos enseña que en una ocasión llegó un hombre que tenía el poder en sus manos, que tenía autoridad en esta tierra; un hombre prepotente, criminal, brujo, idólatra, plagado de maldades y de crímenes. Este hombre era el rey Acab y ordenó a un hombre sencillo, llamado Nabot (que tenía un terreno que había heredado de sus padres), diciéndole:“Dame tu viña para un huerto de legumbres, porque está cercana a mi casa, y yo te daré por ella otra viña mejor que esta; o si mejor te pareciere, te pagaré su valor en dinero”(1 Reyes 21:2).

Sabía Nabot que esa viña era la heredad de sus padres, era intocable para él, no era transferible, no se podía cambiar o vender, y se paró frente al rey Acab y le dijo:“Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres”(1 Reyes 21:3).El no ceder la heredad le acarreó la muerte, lo mandaron matar. La Biblia dice que fue mandado aniquilar por Jezabel, la esposa de este perverso hombre, que era más perversa que él. Cuando ella se enteró que Nabot había sido muerto, le dice a su marido el rey:“Levántate y toma la viña de Nabot de Jezreel, que no te quiso dar por dinero; porque Nabot no vive, sino que ha muerto”(1 Reyes 21:15).

Pero cuando ésta le estaba dando esta orden a su propio marido para que descienda y tome lo que no era suyo, lo que había robado, lo que había cambiado por sangre; el Dios del Cielo que lo ve todo le da una orden al profeta Elías y le dice:“Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria; he aquí él está en la viña de Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella. Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán tu sangre, tu misma sangre” (1 Reyes 21:18-19).

Nada se esconde aquí bajo el cielo, todo el que se pare a defender la heredad del Señor, Dios estará de su lado, y todo el que se ponga del lado de Dios tendrá ángeles que guarden su vida. Hay gente que son neutrales, que no son ni agua ni son peces, que están en dos aguas, que están del lado del diablo y del lado de Dios. Pero hoy el Señor quiere que se ubique y se ponga del lado de Su Obra.Dios vengó la sangre de Nabot, y Dios vengará la sangre de cualquiera que tenga que dar su vida por Él.

El pasaje del libro de los Hechos nos habla de la despedida del apóstol Pablo a los ancianos de Éfeso, él estaba dejando la iglesia que estaba en Mileto, ciudad del Asia Menor. Se estaba  despidiendo después de haber hecho una labor por tres años. Según testifica él, después de enseñar la Palabra de día y de noche, en el templo y en las casa, con lágrimas amonestando a cada uno que cuidarán lo que habían recibido, que se levantarán para ser defensores de la Obra de Dios.

Pablo despidiéndose de aquella ciudad, y de aquellos hombres y mujeres, les dice: “que ellos nunca más verán su rostro” (v. 26), no sólo se estaba despidiendo de esta ciudad, sino que se despide de esta tierra para irse a la eternidad, y es ahí donde les menciona: “Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño” (Hechos 20:29);y continúa diciendo: “Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos”(v. 30).

“Entrarán en medio de vosotros lobos rapaces…”(v. 29). La palabra rapaz, se define como persona inclinada al robo y a la rapiña. Pablo estaba hablando lo que el Espíritu Santo le estaba advirtiendo, declarando los propósitos de Satanás; el Espíritu Santo le estaba advirtiendo que desde temprana edad en la iglesia, desde sus comienzos, Satanás iba a infiltrar dentro del pueblo lobos rapaces, el infierno iba a introducir encubiertamente instrumentos malignos dentro del pueblo del Señor.“Yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces... Y de vosotros mismo se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos”(v. 29-30).

Es terrible leer, escuchar y comprobar que la historia no ha podido negar que del pueblo de Dios se han levantado personas malignas que no han perdonado al rebaño, el enemigo infiltrado en la iglesia naciente, gente perversa, líderes perversos, que están agazapados, escondidos, esperando el momento de hacer su aparición, o de ser expulsados por el Señor.

En el pueblo de Dios siempre hubo falsos profetas y falsos maestros, el apóstol Pedro escribiendo en su segunda epístola nos dice: “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme”(2 Pedro 2:1-3). Dentro del pueblo de Israel y de Judá habían miles de falsos profetas, la historia registra que habían escuelas de profetas, habían criaderos usando un término castizo de profetas, pero en su mayoría eran profetas falsos, instrumentos que Satanás había filtrado a la Iglesia para destruirla.
“Hubo falsos profetas entre el pueblo, como habrán entre vosotros falsos maestros”, note la connotación del pasado prevalecieron los falsos profetas, pero en el tiempo que vivimos prevalecen los falsos maestros. Solamente en la casa de Acab, en el palacio, en la administración del rey Acab, había casi mil falsos profetas, sin contar los cientos y miles de falsos profetas arrinconados y metidos por diferentes sitios de Israel. Prevaleció la falsedad, prevaleció la falsa profecía, los falsos profetas, pero hoy prevalecen los falsos maestros, entre los cuales hay falsos evangelistas, falsos pastores, falsos predicadores, falsos maestros de institutos bíblicos reconocidos por el mundo y por las leyes de la tierra.

Hombres perversos que están infiltrados, falsos maestros con grande amplitud antes las masas del mundo, a través  de canales poderosos de televisión, a través de muchas cadenas de radio, transmitiendo su veneno, que están asfixiando al mundo, al pueblo, a los pecadores; por esa causa, se necesitan a aquellos que se levanten a defender la heredad de Dios, que se levanten para defender la Obra que representan, que se levanten a defender esta heredad que el Señor a puesto en sus manos.

Hay mucha falsedad, mucha desviación doctrinal, mensajes de prosperidad, de amor, le han mostrado al mundo una de las fases de Dios: “Dios es amor, Dios es misericordioso, Dios es lento para la ira”, ¿quién dijo que no?, “es grande en misericordia, pero también la ira de Dios se derrama, Dios es fuego consumidor”. Muchos de los medios de comunicación son casi prohibitivos para verlos y escucharlos, porque se han contaminado tanto, y hay algunos que viven enlazados, y extraen toda esa basura. A través de la Palabra de Dios se demuestra que hay un peligro tremendo, cuando se ve y se oye lo que no es de Dios.

El Señor dice: “Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas”(Juan 10: 12-13). El asalariado, que solamente está por un salario, no por un llamado de Dios, sino, que no lo llamó el Dios del Cielo, ni tiene un llamado en el corazón, ni en el alma, sino un llamado en el vientre. Cuando ese tipo de falsos pastores y evangelistas ven venir al lobo de la mundanalidad, el lobo de la idolatría, el lobo de la contaminación, que se está introduciendo dentro de las iglesias y las está contaminando; lo que hacen es salir huyendo, o están agazapados, o se hacen los sordos y los ciegos. El pastor de ese rebaño, el verdadero pastor se levantará a defender y empuñará la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. El pastor genuino y verdadero, llamado de Dios, defiende el rebaño y no permite que se meta el lobo rapaz; no podrán entrar los lobos rapaces, no podrán entrar los falsos profetas, no tendrá entrada el falso maestro, los púlpitos no serán cedidos a cualquier gente.

El que no es el verdadero pastor como no tiene nada que predicar, está buscando quién pasa por el camino para llamarlo, para que venga a sustituirlo, por eso hay ministros que predican un día a la semana, algunos el domingo en la tarde, y el resto de la semana ¿qué hace ese asalariado ahí? El asalariado, el que vive detrás del dinero, el que vive detrás de la fama, el que vive detrás de las conveniencias, le tiemblan las piernas predicar la verdad al pueblo, porque como está detrás de aquella persona que tiene algo mejor que darle (materialmente), no habla con autoridad porque se puede ir; pero el que es un verdadero pastor, uno genuino, ve venir el lobo y saca la espada y lo confronta. Estamos en un tiempo en que muchos ya no soportarán la sana doctrina, la Palabra de Dios nos dice: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”(2 Timoteo 4:3-4).

La definición de esta palabra concupiscencia quiere decir: apetito desordenado de los placeres deshonestos. Hay cantidad de maestros enseñando concupiscencias al pueblo y enseñando conforme a sus propias concupiscencias, a sus propios apetitos carnales, desordenados, corrompidos, así enseñan; por eso cuando ven el pecado, se quedan callados, se hacen los que no ven, se hacen los que no oyen. Debemos defender la heredad de Dios que ha puesto en nuestras manos.
Hoy hay muchos falsos maestros, falsos pastores que instruyen a las ovejas, al rebaño del Señor y los dañan. Porque hay gente que quiere arrepentirse y quieren nacer de nuevo, quieren ser transformados; pero como no hay una enseñanza, como no hay Palabra de Dios en los púlpitos, la gente como llega se queda, no hay un cambio ni por dentro ni por fuera. Un cristiano que no tiene cambios por fuera, pues mucho menos los tiene por dentro. El Evangelio no es una religión, sino que es potencia de Dios para Salvación; el que de verdad se convierte a Cristo, se convierte por dentro y por fuera. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”(2 Corintios 5:17). El Señor le dijo a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).

Pero aquí dice la Palabra: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias”(2 Timoteo 4:3). La versión llamada Biblia del Oso del 1569 describe este versículo y dice: “y teniendo sarna en las orejas…”. Muchos tienen picazón en los oídos, cierran sus oídos cuando oyen la verdad, no solamente cabecean, no solamente codean, sino que crujen los dientes, por eso admiramos a aquel gran predicador: Jesús de Nazaret, cuando Él predicaba no terminaban los cultos con aplausos como ahora, sino que terminaban a pedradas y a palazos.
Hay mucha gente con sarna en los oídos, que refutan la Palabra, la rechazan, no les gusta, piensan que predicadores como este que les predica hoy son: retrógrados, atrasados, legalistas, y fanáticos. Pero ningún legalismo, ni ningún fanatismo, sencillamente todo predicador debiera decir la verdad, y solamente la verdad, no tenemos otra cosa que predicar, si se sale de la verdad va a predicar mentira, o va a predicar medias verdades que al final son mentiras.
El texto mencionado dice que “no soportarán la sana doctrina y apartarán el oído de la verdad y seguirán a las fábulas”, la palabra fábula se define en el diccionario como ficción artificiosa, con que se encubre o se disimula la verdad; muchos encubren la verdad, muchos disimulan la verdad, y hay gente que llega a preguntar: ¿Por qué aquí no se hace lo que se hace ahí?

Déjeme decirle que hay que desenmascarar a los instrumentos que el infierno ha infiltrado dentro de la Iglesia del Señor, hay que quitarles las máscaras a través de las congregaciones, de las convenciones, por los medios que el Señor nos ha dado, hay que desenmascarar al falso; el Señor viene por una Iglesia santa, limpia, sin mancha y sin arruga.

Muchos de los que están dentro, aún de esta Obra que el Señor ha levantado, y ha sostenido, y ha mantenido por tantos años ya casi por medio siglo, defendiendo la sana doctrina, peleando contra las fuerzas del mal, contra las herejías y contra el contagio espiritual, muchos están esperando agazapados, y diciendo: “Cuando todos esos viejos fanáticos, extremistas, pasen o mueran, entonces sacaremos las garras de lobos rapaces…”.

Por eso el Señor está llamando a muchos que no les dé miedo predicar la verdad, que sepa que es un defensor de la Palabra, que nadie lo va a detener, que no habrá poder humano ni infernal que lo detenga, esta Obra no se dañará.

¿Dónde están los defensores de esta obra que no les da miedo enfrentar al lobo rapaz, al falso maestro, al mundano, al asalariado? Amado, si el Señor se tarda y nosotros tenemos que hacernos a un lado de esta responsabilidad, usted tiene que levantarse a defender la heredad como Nabot, llénate de esta Palabra, llénate  del valor de Dios para transferir esta Palabra a otros.

Todo aquel que dentro de esta Obra quiere hacer su propia obra, Dios lo sacará, Dios lo expulsará, Dios le cortará las garras, Dios estará con los que están con Él.

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